miércoles, 14 de diciembre de 2016

Análisis: The Banner Saga [El Gamer Invisible]


Siguiendo la costumbre del año pasado, con la llegada de diciembre vuelve a celebrarse El Gamer Invisible 2, la iniciativa anual de ZonaDelta. Mismas normas que el año pasado: se redacta una lista con un puñado de esos juegos del cajón de "a ver si los juego un día de estos" y un usuario aleatorio de la comunidad selecciona uno de los mismos para ser jugado y reseñado en el plazo de un mes. Para evitar lo acontecido en la anterior edición, donde acabé echándole a Killer 7 algo así como el cuádruple de horas de juego por quedarme atascado una y otra vez este año la lista ha estado completamente compuesta de indies. Muchas gracias a Zhols por haber tenido el bueno ojo de elegir The Banner Saga.

The Banner Saga es SRPG desarrollado por Stoic, un pequeño estudio formado por tres miembros de Bioware tras abandonar dicha compañía. Mi experiencia con el género de rol estratégico es bastante reciente, únicamente habiendo completado hace pocos meses Shadowrun Returns y Wasteland 2. Lo cierto es que tenía altas expectativas puestas en el juego por todas las alabanzas que llevo escuchando desde su salida, ensalzando sobre todo la dificultad y la dirección artística. Así que aquí estamos, 10 horas después y con una impresión de "pues no está mal, pero..." con la que no esperaba acabar, como si me diese una de cal por cada una de arena. Vayamos por partes.

Preciosos, pero tienen menos expresividad que Ben Affleck en Batman V Superman

Antes de nada he de decir que la dirección artística sí ha sido tan fabulosa como esperaba: los personajes dibujados a mano rebosan detalle y son muy variados, con excelentes animaciones de sus ropas ondeando al viento. La banda sonora, de corte a ratos épico y a ratos sombrío, está calculada con precisión para que cada tema suene en el momento exacto, contribuyendo a la ambientación como es debido. Mi mayor queja en este respecto es que cada personaje sólo tiene un sprite y no cambia en ningún momento, lo que quita toda variedad de expresiones. Esto lleva a momentos incómodos donde un personaje está abatido y su expresión es ligeramente alegre o neutra del todo y me parece un fallo a tener en cuenta, alguno de estos llegaron incluso a sacarme del personaje. Los diseños son geniales pero hasta la visual novel más cutre de Steam tiene cuatro o cinco sprites de cada personaje para variar según sus emociones, es algo básico para este modelo de diálogo.

Ahora sí, lo primero y lo que nos mueve a terminar el juego: la historia. En un mundo con fuertes inspiraciones en la cultura nórdica conviven los humanos y los Varl, una raza de gigantes. Tras la pasada invasión por una horda de oscura criaturas metálicas conocidas como Dredge ambas razas, hasta entonces en perpetuo conflicto, se vieron forzadas a establecer una alianza para hacer frente al enemigo común. La historias de esta guerra pasaron de padres a hijos y los Varl más antiguos aún la recuerdan con respeto; la alianza sigue siendo honrada aunque las rencillas entre ambas razas sólo han empezado a desaparecer.


Es en este momento donde empezamos, con un enorme grupo que escolta a los príncipes de las respectivas razas: el Varl Vognir y el humano Ludin. De vuelta tras una estancia en Aberrang, la capital del territorio humano, Vognir tiene el deber de continuar con el protocolo y llevar al heredero de los hombres a Grofheim, la capital Varl. En una de las primeras ciudades que encuentran por el camino la repentina aparición de un puñado de Dredge señala el primer signo de algo terrible que acaba de empezar. En el otro lado del mundo está Rook, un humano cazador que tras ver a su aldea masacrada por una horda de Dredge no tiene más remedio que tomar el mando de los supervivientes e iniciar una marcha hacia lugares más seguros. El rumbo de estas dos caravanas es lo que seguimos a lo largo de todo el juego.

El grueso del juego, además de los combates, es mantener estas dos caravanas en las mejores condiciones a lo largo de la travesía, intentando mantener la moral del grupo aportando suficiente descanso y provisiones, pero sobre todo lidiando con lo que encontremos en el camino. Esa ha sido la parte que más me ha gustado del juego y donde se aprecia de verdad el tono de fantasía oscura de su mundo. Encontrarse con un puñado de desconocidos que piden unirse a cambio de comida y no saber si confiar en ellos, dudar sobre si acercarse a un poblado abandonado para buscar suministros, lidiar con los conflictos entre los aldeanos de diferentes lugares que forman la caravana... cada encuentro tiene todas las opciones de convertirse en un contratiempo grave en un momento de gran necesidad si no lidias con él de manera adecuada. Y lo mejor es que la mayoría de las veces (al menos en mi partida) contentarse con el mal menor ha sido a menudo el mejor resultado.

La traducción tiene perlitas aquí y allá, pero nada que

Sin embargo no es oro todo lo que reluce. Si bien me ha encantado cómo me ponía entre la espada y la pared, forzándome a meterme en el personaje de un líder novato que todavía no sabe cómo manejar un gran grupo de gente las consecuencias no suelen ir más allá de ver bajar el número de habitantes en el marcador. Se supone que tienes que preocuparte por el bienestar de todos pero en realidad se acaba imponiendo el dicho "una muerte es una tragedia; un millón es una estadística". En varias ocasiones ha muerto algún guerrero de mi grupo fuera del combate debido a una decisión mal tomada al tener que resolver una situación y la sensación de que esa persona que conoces ha muerto por tu culpa y sólo por la tuya sí tiene el impacto emocional que debe, pero ver bajar el número de gente de la caravana porque tuviste que invertir en mejorar a tus personajes en lugar de en comprar provisiones no deja de sentirse como un daño colateral. Además, estas decisiones a la larga tampoco tienen un impacto real en la trama, sino en el estado general de tu caravana, lo cual me da un tufillo a Telltale que no me puedo quitar de la cabeza.

Ahora hablamos de cómo va eso de la reputación

El sistema de combate es el típico del SRPG: movemos a los personajes por una cuadrícula y atacamos cuando estén a la distancia adecuada. Mientras que los humanos ocupan una casilla y pueden recorrer más terreno por turno y atacar a distancia, los Varl ocupan cuatro casillas, sus ataques siempre son cuerpo a cuerpo y tienen menor distancia de desplazamiento, con la compensación de tener más fuerza y resistencia. Cada personaje en combate tiene dos barras; la roja (que aúna salud y fuerza) y la azul (armadura). Más vale aprender a conservar ambas porque sólo con que bajen a la mitad el personaje bien no aguantará dos hostias o tendrá la fuerza de un mosquito. En lugar de las clásicas estadísticas como Agilidad, Destreza y demás lo reducen a esas dos barras y a una tercera cualidad llamada Fuerza de Voluntad en forma de cierta cantidad de puntos que proporciona ayudas extra como infligir un poco más de daño o desplazarse una casilla más.

La cacareada dificultad del combate no me ha parecido tanta, desde luego nada que no haya visto ya en el género. Para empezar, los escenarios son bastante simples, sin diferentes alturas ni obstáculos en medio. Si un personaje muere en el transcurso de un combate pasará unos días herido (con sus características reducidas) pero vivo al fin y al cabo. Por otro lado, los enemigos sí que tienen una IA decente, arrinconando a los personajes más débiles e invocando aliados con frecuencia, casi nunca tendremos la superioridad numérica en una batalla. 

Al acabar el combate se recibe una cantidad total de reputación, que funciona como experiencia y como moneda del juego. Para mejorar a un personaje y poder aumentar mínimamente sus estadísticas habrá que matar a un cierto número de enemigos con ese personaje y luego invertir una cantidad de reputación para aumentar su nivel. Al principio es sencillo de manejar pero en las partes finales del juego se vuelve, en mi opinión, demasiado tedioso dado que no hay forma de farmear reputación y subir al grupo de personajes al nivel cinco, el máximo, requiere una buena cantidad de puntos. Reputación que, por otro lado, será prácticamente la única forma de conseguir suministros gracias a las tiendas, donde se usa como moneda, para el largo viaje y los ocasionales asedios que tienen que sufrir ambas caravanas. Eso sin contar los miembros del equipo que con seguridad irán muriendo por el camino y que conllevan la necesidad de entrenar a otros si quieres tener alguna posibilidad en los combates finales del juego. Un poquito de balanceo en este sistema, algo como las escaramuzas de Valkyria Chronicles, le sentaría de perlas al ritmo del juego.

Básicamente los dos stats que más merece la pena aumentar son el segundo y el tercero

En resumen, The Banner Saga es un buen juego al que me he acercado con unas expectativas demasiado altas. Al fin y al cabo no deja de ser un título desarrollado por sólo tres personas, además de la primera entrega de una trilogía cuya segunda entrega salió este año y que confío en que debe haber corregido algunos errores. El sistema de combate con poca profundidad y la falta de variedad de sprites son puntos flacos que se le perdonan por ofrecer una lograda ambientación y decisiones duras que hacen brillar lo decadente de su mundo. A mí desde luego me ha dejado con ganas de saber más sobre su mitología y qué les depara el futuro a los personajes que han sobrevivido al viaje. Recomendado para aquellos a los que les llame la atención su ambientación, a los amantes de la fantasía oscura y a cualquiera que busque un primer acercamiento al SPRG.

2 comentarios:

  1. Que bueno que te haya gustado algo del juego, aunque ya me acerque un tanto más verde con respecto a haber jugado a títulos del género, en general, mencionas las mismas limitaciones que observe (gráficos, decisiones (aunque en realidad varían bastante) y dificultad, aunque sentí que su sistema de combate no era tan profundo. Por cierto, hace algunos días acaban de balancear el juego con un parche, que no se que tanto afectara en la jugabilidad. Aún lamento el no tener la secuela, que tengo entendido que corrige varios errores del primero.

    Saludos!

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  2. Le tengo mucho interés de Banner Saga, peeeeero soy NULO con los juegos de estrategia. NULÍSIMO. Quizás a ti no te pareció tan complicado, pero teniendo en cuenta que tiene fama de durillo y que la historia total serán 3 entregas casi que rezaré por terminar los Advance Wars antes de que salga el tercero y ponerme entonces con la saga al completo.

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