sábado, 15 de agosto de 2015

Reseña: Superior Iron Man



El otro día estuve hablando con un colega sobre la película Avengers: Age of Ultron. Recordé cómo fui a la sala del cine con ciertas expectativas, esperando una versión más madura del grupo de Vengadores que conocí hace ya un tiempo en su primera película juntos y a los que vi crecer en sus respectivas entregas individuales. Mi mayor esperanza, sin embargo, estaba puesta en Ultron, el villano de turno (porque salvo excepciones ninguno dura más de un largometraje), del cual no sabía nada y se especulaba que iba a ser un antagonista concienzudo, una auténtica máquina de guerra capaz de hacer arrodillarse a los paladines de la Tierra. La conversación acabó con que la decepción con Ultron fue debido a que acabó siendo poco más que una versión aguada del antagonista que podría haber sido Tony Stark, pues las similitudes entre sus personalidades son evidentes. Total, que zanjamos el tema con la recomendación que le hice si quería ver a al hombre de hierro en un papel opuesto al acostumbrado le echase un vistazo a Superior Iron Man.

Superior Iron Man es una serie corta (9 números) que tiene las dos cualidades que busco en una miniserie de superhéroes: La primera es que no necesita apenas lectura previa para entender tanto el argumento como las motivaciones de los personajes que van apareciendo, pues es lo primero que leo con Iron Man como protagonista y el background proporcionado por las películas de los últimos años que cualquier neófito o aficionado a estos héroes seguramente haya visto ha bastado para no perderme. Diría que la trilogía original de Spiderman y alguna de las películas en las que aparezca Iron Man es casi todo lo que se necesita para dejarse guiar.


Salvo Superior Carnage todo lo que
empiece por Superior suele estar muy bien
La segunda y más importante cualidad es que el peso de la trama esté centrado en plantear conflictos emocionales y morales que muchos otros cómics de superhéroes obvian para llenar las viñetas de peleas o fanservice y la trama de manidos golpes de guión estereotipados. Aquí es donde vuelvo a sacar la importancia y la relación con Spiderman. Esta serie es heredera de los conceptos presentados en Superior SpiderMan, donde Dan Slott (ex-guionista de Batman) maneja influencias un tanto más maduras de DC en una de las series más emblemáticas de Marvel. La más importante de ellas es la relativización del bien y el mal, reflejado en cómo cohesiona la perspectiva de un villano con los conflictos surgidos al lidiar con los deberes de un superhéroe. En resumidas cuentas, en ella tenemos, por razones X, la mente de un villano (Otto Octavius) en el cuerpo de un héroe (Peter Parker). En Superior Iron Man Tom Taylor da un paso más allá: ya no hay héroe, ahora el villano que vive dentro de Iron Man ha tomado el control. Ningún elemento externo, sólo la propia codicia y el ego que alberga en su interior. Y no todo el mundo parece haberse dado cuenta. Sí, es cierto que se insinúa que este cambio puede haber sido debido a las secuelas mentales de Tony tras un enfrentamiento con un psíquico... seamos sinceros, Stark nunca ha sido un adalid de rectitud y más de una vez ha hecho actos moralmente muy cuestionables (Civil War). Esto me lleva de nuevo a DC; en Killing Joke Alan Moore cuenta el supuesto origen del Joker, siendo uno de los principales mensajes deja caer que sólo se necesita un mal día para convertirse en un psicópata. Algo así es lo que vemos en el primer capítulo de la serie.

La serie empieza con Iron Man despachando a una especie de Hulk adolescente mientras se nos cuenta el último invento del filántropo: Extremis 3.0, un virus distribuido vía app que vuelve a una persona más fuerte, más atractiva y más saludable; en resumen, todo lo que una persona de a pie desea, al alcance de un toque en la pantalla. Después de eso presenta la última armadura que ha desarrollado, esta vez usando a un simbionte como base (otro guiño a Spiderman), lo que ya puede olerle mal a más de uno. Más adelante aparece un grupo de embellecidos ciudadanos con la intención de maltratar a un indigno vagabundo que no puede costearse un smartphone y no merece compartir ciudad con ellos. Menos mal que para salvar la situación aparece Daredevil, una de las morales más rectas de este mundillo (después del Capitán América). El pique entre los héroes parecía inminente, pero entonces se descubre la guinda del pastel tras un grito de horror: se ha acabado la versión de prueba y ahora Extremis 3.0 sólo está al alcance de unos pocos bolsillos.

- No puedes comprarles con esto. No te quieren.
- ¡Te quiero, Tony!
- Ese tío sí me quiere.
En un sólo capítulo Tony Stark se ha convertido en el camello que vende caramelos en la puerta del colegio y que ha convertido a San Francisco en adictos a su producto. Aquel héroe, en principio un salvador del mundo y luego un mesías que trajo el paraíso a la ciudad, es ahora en un magnate eugenésico y ultracapitalista que ha repartido bendiciones terrenales a una clase acomodada y luego les ha forzado a dejarse el sueldo en una apariencia física que una vez probada es difícil renunciar a ella. Este pensamiento bebe del darwinismo social más radical y es enunciado por él mismo en una entrevista: "sé fuerte y podrás seguir permitiéndote ese fabuloso aspecto, o bien hazte fuerte si quieres tenerlo por primera vez". Con éste acto no sólo ha demostrado una total indiferencia hacia una sociedad que se dirige a la delincuencia y a una separación brutal de las clases sociales, sino además un deseo explícito de querer aprovecharse de civiles, de sus empleados y hasta de sus compañeros para su propio beneficio, llevando esto hasta las últimas consecuencias a lo largo del cómic.

Tampoco demuestra escrúpulos a la hora enfrentarse a opositores a sus métodos o incluso a antiguos compañeros como Daredevil. Ni siquiera le es necesario recurrir al combate la mayoría de las veces, le basta con golpear donde más duele, usando trucos sucios para poner a sus pies a cualquiera que se oponga a su visión del mundo ideal en la que él es Dios dador. ¿Pero entonces no hay peleas o qué?. Por supuesto, no todo iban a ser palabras. Joder que si hay leches, no había visto una batalla que transmitiera tanta epicidad con significado desde el final de Old Man Logan.

El último punto interesante es cuestionar la inevitabilidad de una persona a repetir los mismos errores pasados aunque tuviera la oportunidad de volver a intentarlo  (y por una vez es tratado sin usar un viaje al pasado) o por el contrario hay alguna vía de redención y arrepentimiento. También hay una aplicación importante del concepto Gran Hermano mostrado en la icónica novela 1984. Sin embargo, estos temas son tratados en la segunda mitad de la serie así que los mencionaré de pasada, mi intención es que alguien acabe leyendo el cómic tras leer esta reseña.

Esta escena es casi tan imponente como en la que
Bruce Wayne se pone por primera vez el traje de Batman

Lo último que quería comentar es que hay algún cambio de dibujante hacia la mitad, pero nada que resulte extraño a la vista, de hecho apenas lo noté hasta que lo releí con más calma. Otro punto positivo para el final, que ata todos los cabos que abre al principio y deja abierta la vía para el papel de Iron Man en Secret Wars, el último crossover/reinicio de Marvel. En resumen, una lectura más que recomendable para cualquier aficionado al cómic o para quien busque entrar en algo más allá del universo cinematográfico de Marvel.

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